STOKER. 2012.
Tensión, suspense, atmósfera. Todas estas claves llevadas con precisión hacen de esta película un imprescindible. Porque el terror puede estar sentado tomando un café o tocando el piano.
Park Chan-wook, conocido por su “Trilogía de la venganza”, hizo su debut en Hollywood con este intenso drama familiar tras rechazar (obviamente) el remake de “Posesión Infernal”. Si bien tras su trilogía había tenido momentos bajos, con esta película demostró que épocas malas las tiene cualquiera.
Tras el fallecimiento de su padre, India Stoker queda sola con su madre Evelyn, narcisista e inestable. En el funeral y por sorpresa aparece un desconocido pariente, Charles, hermano de su padre. La llegada del misterioso familiar y su obsesión con India, desconfiada e introvertida, marcaran la trama de esta historia.
Con la espectacular actuación de Mia Wasikowska como India y de Nicole Kidman como Evelyn, esta historia es un ejemplo perfecto de como una adecuada ambientación puede hacer que una historia crezca y se expanda.
Stoker es una película de pocas palabras pero mucho gesto y mirada lo cual es muy complicado de grabar: si el actor o la forma falla, la historia no se entiende. Stoker es una película violenta en muchos sentidos: la física esta rodada con muy buen gusto y la psicológica nos arrastra sin darnos cuenta.
Una fotografía delicada, una estética de planos cuidada con detalle, miles de segundas lecturas hacen de esta historia un deleite para los ojos. Exige, eso si, atención. Pero merecerá la pena.